Ciclo menstrual: la fase otoñal

El ciclo menstrual se divide en cuatro estaciones tal cual el clima: otoño, invierno, primavera y verano.

Las cuatro estaciones se hacen sentir de maneras diferentes y las cuatro tienen su propia función en el organismo, todo está conectado y todo tiene un porqué.

Esta fase empezará luego de haber ovulado y durará entre 12 y 16 días. También se la conoce como fase lútea.

En mi caso, lo primero que siento son los senos hinchados y con una sensación de molestia; luego el vientre, que ya no está tan plano como en la primavera/verano y molesto, ausencia de flujo o en muy poca cantidad y por último, el sueño, que se acentúa en los últimos días. Y este es el síntoma, yo creo, mas notorio porque así haya dormido mis horas de siempre, se me cierran los ojos durante todo el día y cada vez que tengo unos minutos libres los aprovecho para descansar. ¡Hola siestas!

Ojo, que los síntomas pueden perfectamente variar de mujer a mujer, tanto físicos como emocionales.

Es el momento en el que es normal que estés haciendo cualquier cosa equis y de pronto, de la nada, aparezca esa respuesta que buscabas hace tiempo sobre algo, o cierta revelación sobre alguien que no te cierra del todo y que entonces te dé lugar a reflexionar y de pronto cerrar ciclos y soltar todo aquello que hubiéramos dejado colgado.

Algo que me sucede mucho en la fase otoñal del ciclo menstrual, es que me guardo para mí. Es un momento en el que sé que me costará más mostrarme en redes, hacer videos, hablar de lo que sea… es realmente un tiempo en el que, aunque no quiera, mi cuerpo me exige guardarme para mí, sacándome las ganas de todo lo que sea dar al de afuera y no a mí misma.

El otoño es la época del stockage y de organizar las cosechas, de aquí el deseo de defender lo que debe ser guardado y de eliminar lo que no, de evacuar a través de las palabras o actos, para así fortalecer la mente y el organismo.

Pero, ¿qué debes buscar a evacuar, a ordenar desde que empieza el otoño? Casi siempre los conflictos internos presentes desde hace cierto tiempo, esos que perturban al organismo y las emociones, desajustando la producción del hígado y los riñones (demasiado bilis y cortisol) de manera recurrente en los momentos del ciclo donde estabas más frágil y anclada (los días precedentes al periodo). El comienzo del otoño es entonces propicio a la resolución de tensiones.

Visualiza una cosecha almacenada: una fruta podrida puede contaminar a todo el resto. De la misma manera, esta purificación de otoño preparara el siguiente periodo si se logra hacerla correctamente: evacuando las causas de los fluidos en exceso. Por consiguiente, el periodo terminará con el proceso: él es LA fase final de evacuación de fluidos en “exceso”, y es cuando llega que se acaba el tiempo de trabajar sobre su causa.

Piensa sino en una planta en otoño: consciente de que es, de que dura, de que va a renacer, deja caer lo que la sobrecarga y lo que ya está vencido: los tallos se caen. Las cosas que hacen de la planta más pesada caen. Más el otoño avanza, más se llama a la ligereza, para durar y pasar al “invierno”. Así mismo al final del otoño, la planta se relaja, deja caer sus hojas, semillas secas. Para poder renacer, solo se queda con lo esencial.

El famoso síndrome pre-menstrual no tiene porqué existir si este proceso de “dejar ir” se realiza sin bloqueos, sin dolores y en conciencia. Hacia el descanso, luego la renovación.

Hace ya un tiempo que te comparto detalles del método sintétermico en su generalidad, pero esta es una de las cosas que me ha permitido saber y que me fascina: el entrar en conciencia de lo que sucede dentro mío, del porqué me siento de una manera u otra y de su función, porque como te dije al principio, todo tiene una razón de ser, nada es al hasard, contrariamente a lo que nos han enseñado y repetido hasta el cansancio como: “ah, es que está histérica porque le va a venir el periodo”; “que mal humor tienes, estas en tus días no?”; “estas bien loca, ni tu te entiendes”, y así un sinfín de frases que cualquier mujer ha escuchado infinitas veces durante toda su vida. Y es que claro, es más fácil apuntarnos con el dedo, gastarnos y ridiculizarnos, antes de enseñarnos a conocer nuestro cuerpo, sus necesidades y mensajes a lo largo de todo nuestro ciclo menstrual.

Recientemente una amiga me comentó que había dejado las pastillas anticonceptivas y le dije que se comprara un cuaderno y se observara: que prestara atención a sus síntomas físicos, sus emociones, sus altos y bajos y que le pusiera fecha. ¡Al cabo de unos meses iba a ver como todo tenía un orden y como todo se daba casi al mismo tiempo, concientizando así cada estación del ciclo y la función que tenía en su mente y organismo!

Y te repito una vez más: no es anormal si tu resentimiento es otro, si tienes otros síntomas y necesidades. Cada mujer es un mundo y esto es solo una guía, no una imposición que si no te identifica entonces quiere decir que estas mal y que eres anormal. No, todo lo contrario. ¡La idea es aprender, concientizar, conocerse, liberarse y vivir en entera plenitud!

El libro mencionado antes se llama “Cycle féminin et contraceptions naturelles” por Audrey Guillemaud.

Es mi libro de cabecera en el método sintotérmico tanto en la parte física como emocional.

Si quieres saber más sobre el ciclo menstrual dejamelo saber en comentario o en mis redes sociales.

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Hasta la próxima!