“Si tienes que forzarlo, no es tu talla. Aplica para zapatos, anillos, relaciones, situaciones..” Escuchar a nuestra mente es muy importante.

¿Cuántas veces en nuestra vida hemos escuchado hablar de la voz interna? Si, esa voz que solo nosotros escuchamos y que solo nosotros sabemos que está ahí, pendiente de nosotros en cada momento.

¿La escuchas?, ¿Le prestas atención?, ¿La obedeces? Seguro que la respuesta acabará por ser NO. Y que lástima, porque ella es la única que jamás se equivoca.

Así como lo dice el título que encuadra este artículo, muy a menudo cada uno de nosotros suele aferrarse a cosas, personas o situaciones que sabemos nos hacen mal, que sabemos no es para nosotros, que debe acabar porque no es por ahí el camino pero aún así, ahí seguimos. Golpeando nuestra cabeza una y otra vez contra la misma pared, sin escuchar lo que en nuestro interior se grita sin cesar.

¿Y dónde, por ejemplo, se ve con más frecuencia? En todo lo que tiene que ver con el amor… Dirás que también en el trabajo —  porqué no  —  o con alguna amistad que también puede ser pero en el amor, te puedo asegurar que mucho más, ya que eso es el motor más grande que impulsa a una persona a ser y hacerlo todo.

¿Acaso no han notado que cuando estamos conociendo a alguien — aparte de las famosas cosquillitas y sonrisa tonta que mantenemos las 24 hs — las cosas las hacemos de mucho mejor humor, con muchísimas más ganas y demás? Claro que sí, porque como bien dicen: el amor lo puede todo.

Entonces, voy con otra pregunta: ¿Qué sucede cuando nos aferramos a una persona que no es? o, ¿Qué sucede cuándo aplicamos la misma conducta con cada persona que se nos atraviesa en el camino? Absolutamente nada positivo.

Me pondré como ejemplo. Soy una persona a la que siempre le gustó estar en pareja, entonces cada persona a la que conocía, yo ya me la imaginaba como mi novio.

Mentalmente hacía planes de vida, me imaginaba viajando, compartiendo mis sueños.. y de pronto solo había salido una vez! Como es de esperarse, así me fue. En algún momento muy bien y en otro pésimo porque claro, NO todas las personas son para lo mismo; no todas las personas son para nosotros — aunque así lo queramos — y entonces tenemos que saber distinguir entre la que es para un rato, para de pronto solo mantener una conversación y quien sí, lo es “para toda la vida”.

Si eres de esas personas que sale de una relación y automáticamente entra en otra; o eres de esos a los que les dicen “que linda/o sos” y ya estas a sus pies; o de esos que se auto-imponen el “ya me va a gustar…”, STOP. Pará porque te juro que no vas a obtener más que disgustos. A corto o largo plazo pero disgustos al fin.

Y entonces quizás te preguntes: ¿Cómo se que no estoy con la persona correcta? Detente. Detente un segundo en tu vida y escúchate porque muy en el fondo, todos siempre sabemos si está bien o está mal. Es eso, escuchar a nuestra mente. Aunque digas que no o te cueste aceptarlo; si lo quieres llamar voz interior o sexto sentido, da igual…, pero escuchala, escuchate. Dentro tuyo siempre vas a tener la respuesta correcta y cuando la tengas, toma las riendas y vete, porque cada vez que salimos de la zona de confort o cada vez que hacemos lo que sabemos que debemos hacer, la vida nos recompensa.

Ten en cuenta que da completamente igual si estuvieron juntos un año, cinco o diez; si justo es tu vecino; si se conocen desde chicos o si ya formaron una “familia”. Ninguna circunstancia importa a la hora de hacer lo correcto, hacer lo que te haga bien y feliz.

Supe muchas veces de parejas, pero más en México por un tema cultural, que teniendo todo perdido por el simple hecho de tener años con esa persona, seguían manteniendo la relación y así estaban, como un par de infelices absolutos. El valor no depende de la cantidad sino de la calidad y muchas veces quien tenemos al lado durante años, ni siquiera quiere recorrer el mismo camino que nosotros.

SEAN CONSCIENTES Y VALOREN SU TIEMPO DE VIDA. NUNCA SABEMOS CUANDO SERÁ EL ÚLTIMO DÍA… HAY QUE ESCUCHAR A NUESTRA MENTE.